Mascarada - 2018
															Argumento
Narigones imposibles, superhéroes de plástico, muertes y diablos sonrientes, monigotes desencajados… ¿Quién o qué es lo que nos mira tras las caretas de este corso?
Así prologaba el viejo bacante de una murga ya olvidada, el cuento que repetía cada vez que se mamaba. Una leyenda de la época en que hombres y mujeres tenían pezuñas y garras en lugar de pies y manos. Fieros murgueros que vivían una existencia carnavalesca en un corso que duró incontables lunas. En esas rondas paseaban a un integrante de la tribu como a un rey, para luego sacrificarlo como a un condenado en la boca de una vieja cueva.
Uno de los sátiros inmolados en la fiesta sobrevivió y en el interior de la gruta fabricó un disfraz para ocultar sus cicatrices. Con aquellas vestiduras se presentó ante la murga, la cual lo recibió deslumbrada. Les dijo ser una vieja deidad que había despertado por el bullicio de sus festejos y los reprendió duramente por su comportamiento. Luego de haberlos sometido, se dedicó a crear una pretenciosa obra repleta de personajes con fabulosos disfraces y mascaras que los bacantes apasionadamente aceptaron interpretar.
Los actos se sucedieron y como animales de costumbres que eran, pronto se olvidaron de los trajes que vestían y sus caretas se les encarnaron, mientras enloquecían, confundidos con las personalidades que jugaban a ser.
Con el tiempo, los rústicos murgueros de la obra dieron lugar a finos señores que ya no encontraban cómoda una piedra como almohada, y se avergonzaban de haber vagado desnudos en la intemperie. Así crearon títulos, se levantaron pomposos escenarios y las tramas de la historia se enredaron resultando en situaciones tragicómicas: guerras santas, guerras sucias, revoluciones políticas e industriales; de andar a pata a viajar sobre ruedas, y de usar rusticas máscaras de madera, los actores pasaron a vestir novedosas caretas electrónicas. Un fantástico invento que les permitió ocultar sus vidas grises tras coloridas imágenes pobladas de figuras sonrientes.
Un día el guionista enmascarado desocupo su disfraz como todo mortal y su obra quedo inconclusa. Sus personajes, clamando ante su ausencia, indignados ante un argumento tan absurdo e incomprensible, continuaron el espectáculo sin saber a dónde llevaban sus acciones o cual era el sentido de su existencia en la historia.
Así concluía el viejo su relato: bajo la mascarada de este diario trajín duermen aquellos fieros bacantes, soñando su carnaval de mil lunas. Soñando que al fin el piolín se corta, y la careta agobiante del día a día ya no puede ocultar sus muecas
sinceras, ni contener el desmadrado tropel de criaturas contrahechas desbordándose por las calles. Decretando la gratuidad de la alegría hasta donde el viento arrastre la música de su murga. Proclamando que reír por nada no es cosa de idiotas sino un asunto muy serio.
Ara Yeví, como los viejos bacantes, anhela cortar los piolines de la tragicómica mascarada que nos sujeta y librar ese torrente que ambiciona alegría y sonrisas verdaderas.
Música
Premios Obtenidos
Mejor Comparsa
Con 102 puntos, ara yevi se consagra con su 2do título de la historia por sobre 99 puntos para Marí Marí y 91,75 puntos para Kamarr.
Mejor Música
La banda Alma Carnavalera de Ara Yevi, fue la ganadora de la edición con un total de 69 puntos. En segundo lugar se ubicó Manivela de O´Bahía con 63 puntos y en tercer lugar Banda de Papel, de Papelitos, con 58 puntos.
Mejor Pasista
La mejor pasista de la edición 2018 es Marisol Sánchez por la comparsa Ará Yeví con 32 puntos. En segundo lugar se ubicó Daniela Fernández de O´Bahía con 29 puntos y en tercera fue Carla Cortina de Papelitos con 18.
Mejor Batucada
Ará Yeví se consagró con 32 puntos, en segundo lugar O´Bahía con 31 y en tercero Papelitos con 19 puntos.
